En viajes de ocio y compras vamos andando porque nuestro tiempo vale muy poco. Pero en movilidad ocupacional (por trabajo o por estudios) vamos en coche incluso aunque las distancias sean cortas porque tardamos menos, porque el tiempo nuestro en ese tipo de viajes valen más.
En las ciudades grandes hay más movilidad peatonal que en las pequeñas, cuando uno viene de una ciudad pequeña no tiene tan asumido ese tiempo de desplazamiento y 20 minutos parece mucho.
En la ciudad de Madrid según indica la encuesta domiciliaria de movilidad uno de cada cuatro viajes se hace a pie en la almendra central mientras que en el resto de la comunidad se hace uno de cada tres desplazamientos.
No hay duda de que caminar o moverse en bicicleta es más beneficioso para nuestra salud, pero además estos hábitos de movilidad también convierten nuestras calles en espacios más habitables.
Mi decisión de coger el coche no solo me afecta a mí, afecta a toda la gente que se mueve en ese entorno; Contaminación, ruido, accidentes…
Ese trayecto corto de tres kilometros si decido hacerlo a pie o hacerlo en bicicleta, va a tener un efecto positivo sobre el resto de las personas
¿Cómo salir de esta inercia de salir de esta inercia de coger el coche para los trayectos cortos?
Concienciar: Por ejemplo los mapas peatonales podría animar a la gente indicando el tiempo de desplazamiento a pie.
Es mejor tomarse un café en una plaza donde hay arboles y jardines, donde no hay ruido provocado por el tráfico motorizado, sería una ciudad más vivible.
Para distancias cortas, caminar no es la única alternativa al coche o a la moto.
El problema del transporte público es que no es puerta a puerta. Ahí se podría hacer un mix, existe la bicicleta, son muy importantes las zonas 30km/h por motivos de seguridad.
Entre los beneficios de sustituir el coche por otros medios más sostenibles también está salvar vidas.
Tenemos ejemplos de peatonalización drástica como es el de Pontevedra que ha reducido la cifra de atropellos a cero.
